El flamante embajador argentino en Montevideo Alberto Iribarne anticipó dos focos de conflicto: la construcción de una nueva fábrica de pasta celulosa que contaminaría el río Uruguay y el cada vez más influyente lobby de Inglaterra para crear un comercio bilateral entre las Islas Malvinas y el país oriental. Los detalló durante su exposición en la Comisión de Acuerdos del Senado, que avaló su pliego sin pedirle más explicaciones. El último viernes el pleno lo aprobó y podrá asistir a la asunción de Lacalle Pou como representante oficial y organizar una visita de Alberto par los próximos días, pero no será una reunión sencilla porque las dos controversias que planteó no fueron prioridad del anterior Gobierno y lo serán de ahora en más.