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Organismos mundiales destacaron a Argentina por la inversión social.
Un Informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), destacó a la Argentina por la política de crecimiento del salario mínimo, el combate contra la informalidad laboral y la expansión de la inversión social llevada adelante en la última década.La publicación, que lleva como título “Los mercados de trabajo del G-20: perspectivas, desafíos y respuestas políticas” advirtió sin embargo que en los países miembros del Grupo "pese a la modesta recuperación de la economía en 2013 y 2014, se espera que el crecimiento económico siga siendo inferior a la tendencia, con considerables riesgos de deterioro en el futuro previsible”.
Asimismo, estimó que el “lento crecimiento persistente seguirá desalentando las perspectivas de empleo”.
De todos modos, el informe destacó que “Rusia, Sudáfrica, Brasil, Argentina, Indonesia y Turquía han seguido una serie de políticas de crecimiento de los salarios, como el aumento de los mínimos y las negociaciones colectivas, con el fin de equilibrar sus fuentes de crecimiento, orientarlas hacia un consumo más doméstico y hacer frente a la desigualdad y la pobreza de los trabajadores”.
También remarcó que “políticas innovadoras para combatir el trabajo informal han sido desarrolladas por Argentina, Brasil y Turquía", y aseguró que "demostraron ser eficaces".
"Los ejemplos de países que han hecho un progreso sostenido en la reducción de la informalidad, muestran la necesidad de adoptar políticas coordinadas a través de una serie de cuestiones. Ellos han alentado el crecimiento en el empleo en la economía formal, junto con el marco regulatorio adecuado y reforzaron las medidas de cumplimiento para hacer frente a la evasión de impuestos y a los sistemas de protección social", subrayó el análisis.
Asimismo puntualizó que estos países, entre los cuales está Argentina, "también ampliaron la protección social a los trabajadores informales, y desarrollaron respuestas a medida, a las necesidades sectoriales o de grupos objetivo específicos".
Con todo, puso de relieve que "las experiencias de los países exitosos demuestran que las políticas para fomentar la transición a la formalidad pueden aplicarse gradualmente y alcanzar efectos que se refuerzan mutuamente, como la reducción de la pobreza y la formalización".
"Lo que se necesita es un enfoque global e integrado en una serie de ámbitos políticos, y la coherencia de las políticas entre estas medidas”, concluyó el documento.
Además puso en valor los niveles de inclusión social a partir de la expansión de la inversión pública, al remarcar que “muchas economías emergentes comenzaron a expandir el gasto en protección social".
En ese sentido, precisó que "la cobertura entre 1995 y 2005 generó expansiones notables, como las que se produjeron en Argentina, Brasil, China, Indonesia y México, por ejemplo, a través de las pensiones no contributivas sociales para los hogares de bajos ingresos, y programas de transferencia de efectivo”.