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Yerbatazo
Ni yerba de ayer secándose al sol: Milei desreguló el mercado yerbatero y vaticinan fuertes subas.La medida estaba en incluida en el cuestionado DNU 70/2023. El Instituto Nacional de la Yerba Mate deja de tener potestades para negociar y fijar los precios. La desregulación tendrá impacto en las góndolas. El gobierno de Javier Milei activó a partir de este 1 de abril la desregulación del mercado de la yerba mate, con lo cual se prevé que el precio del paquete en las góndolas de ese producto vital por tradición cultural y económica de los argentinos trepará a valores inusitados en los próximos días. La decisión que dejó el mercado a la buena del dios de la oferta y la demanda estaba en incluida en el cuestionado DNU 70/2023 y entró en vigencia con un ítem clave: la eliminación de la potestad que tenía el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) para negociar y fijar los precios.Lo que hasta hoy hacía ese organismo era establecer los precios de referencia en defensa de las cooperativas de productores frente a las grandes industrias. Durante la zafra o cosecha garantizaba a las cooperativas de productores un valor que cubriera sus gastos mínimos y les dejara un margen de ganancias. El último valor del kilo de yerba cosechada fijado por el INYM fue de 370 pesos. Esa hoja verde tomada durante la zafra luego es llevada a secaderos donde después de un largo proceso de estacionamiento, deshidratación (canchado) y picado es vendida a un valor de 1.406 pesos. Lo que hacen las industrias es comprarla, elaborarla, envasarla y venderla. A pesar de esos valores de referencia fijados por acuerdo de comercialización, el paquete de un kilo llega a las góndolas con un precio cuatro, cinco o más veces superior.
Golpe al bolsillo de los consumidores
El argumento del gobierno de Milei es que la entrega de ese mercado a la ley de la libre oferta y demanda le abrirá las puertas a una competencia de precios que favorecerá a los consumidores con mejores precios. Sin embargo, el problema es que la desregulación no favorece al eslabón del productor sino al de los grandes establecimientos.
“Yo nunca vi que los valores en las góndolas defiendan al consumidor cuando las condiciones les favorecen a la industria”, puntualizó Peterson. “Generalmente –continuó- sigue pagando más el consumidor y ganando menos el productor.”
Por eso, el impacto de esta liberación de precios se sentirá en breve y con fuerza en las góndolas y en los bolsillos de los consumidores.