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Para Larreta en el Obelisco solo falleció una persona de un infarto
El jefe de Gobierno no solo desligó a la fuerza policial de la responsabilidad por la muerte del militante sino que cuestionó a la víctima por sus vinculaciones políticas. “El propósito obviamente fue embarrar la cancha, generar más confusión", lanzó el precandidato presidencial. Según Horacio Rodríguez Larreta, la muerte del militante Facundo Molares fue “por un infarto” y su fallecimiento durante una represión de la policía porteña esconde “obviamente” el propósito de “embarrar la cancha (para) generar más confusión y afectar las decisiones electorales” en su contra. La inédita interpretación del jefe de gobierno porteño que tiene bajo su responsabilidad la Policía de la Ciudad omitió el relato de testigos y cámaras de seguridad que evidencian que Molares sufrió una golpiza e intento de detención durante la movilización pacífica de la que participaba en la Plaza de la República."Lo que sucedió fue que en el marco de una manifestación falleció una persona de un infarto", dijo suelto de cuerpo el precandidato presidencial de Juntos por el Cambio adversario de Patricia Bullrich, quien también defendió ayer a la policía que reprimió.
“Lo de ayer en el Obelisco fue un infarto"
“Lo de ayer en el Obelisco fue un infarto, lo dijo claramente (el titular del SAME) Alberto Crescenti, que es una eminencia como médico y fue muy claro sobre las causas de muerte”, insistió. Con esa conclusión de Larreta, que no aborda cuáles fueron los motivos que produjeron el infarto, no solo intentó despegar de responsabilidades a la fuerza de seguridad que él conduce sino que también cuestionó a la víctima, como si esta tuviera la culpa de haber muerto y sugirió la necesidad de desviar la investigación.
Con esa intención puso de relieve el pasado militante de Molares: “Hay que investigar cómo un tipo de las FARC estaba en la Argentina, qué hacía alguien con ese prontuario”, afirmó.
Luego, en su continuo afán de minimizar la muerte de un manifestante, dijo de soslayo que la víctima no fue Molares sino él, al sostener que “el propósito (de este hecho) obviamente fue embarrar la cancha, generar más confusión, querer afectar las decisiones electorales”.