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El Estado Islámico tomó la histórica ciudad de Palmira y el mundo teme por la destrucción de sus ruinas.
La milicia Estado Islámico (EI) volvió a demostrar hoy su poderío al conquistar la histórica ciudad siria de Palmira, incluyendo la zona de sus famosas y protegidas ruinas de más de 2.000 años, lo que desató temores en el país y el mundo a que repita la destrucción de joyas arqueológicas que ya realizó en el vecino Irak.Luego de perder una dura batalla el domingo pasado y tener que replegarse, los milicianos islamistas volvieron a atacar desde el Norte y consiguieron llegar hasta las milenarias ruinas, en el sur de la ciudad, según informó el director de Antigüedades y Museos de Siria, Mamoun Abdulkarim, a la agencia de noticias EFE.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización pro oposición siria con sede en Londres, sostuvo que los combatientes islamistas lograron imponerse a los soldados del Ejército que protegían la ciudad y advirtió que no se sabe qué sucedió con la mayoría de las tropas.
Días después de causar renovada alarma regional e internacional al tomar la gran ciudad occidental iraquí de Ramadi, la televisión pública siria informó que los combatientes del EI avanzaron sobre toda Palmira, en la provincia de Homs, y que muchos de ellos se atrincheraron en casas y "zonas arqueológicas".
Informó además que tropas del Ejército lograron evacuar a "la mayoría de los civiles", pero no está claro cuántos soldados ni cuántos civiles quedaron dentro de la ciudad.
Abo Muaz, un activista que habló desde el interior de la ciudad tomada, dijo a la cadena de noticias qatarí Al Jazeera, "el Ejército sirio se retiró y el EI infestó casi toda la ciudad (...) Ya no escuchamos casi enfrentamientos ni tiros".
Unas horas antes de que la milicia extremista tomara por completo la ciudad, muchas familias ya habían empezado a abandonar sus casas para escapar de los fuerte combates y los continuos bombardeos aéreos que se sucedieron durante todo el día, según relató Abo.
Conocida como "la novia del desierto", Palmira, se encuentra en un oasis y en la antigüedad funcionaba como un punto de encuentro de las caravanas que atravesaban la llamada Ruta de la Seda, que durante siglos conectó Asia con Medio Oriente y Europa, y fue utilizada por varias civilizaciones.
Antes del inicio de la guerra civil en Siria, en marzo de 2011, sus ruinas, con sus teatros y templos y calles con columnas grecorromanos o con influencias persas de los siglos II y I a. C , eran uno de los principales centros turísticos del país árabe.
Abdulkarim contó a Al Jazeera que después de una semana de asedio, combates y bombardeos, él y algunos de sus colegas decidieron remover cientos de estatuas y reliquias del centro histórico de Palmira, conocido como Tadmur, y llevarlas a otra localidad, de la que no dio detalles.
Sin embargo, lo más importante quedó dentro de la ciudad, ahora en manos de la milicia extremista que hace apenas un mes y medio destruyó uno de los sitios arqueológicos más importantes de la vecina Irak, la ciudad de Hatra que data de más de 2.000 años y que también fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
También en Irak, y antes de Hatra, los yihadistas del EI ya provocaron estupor mundial este año al demoler la antigua ciudadela asiria de Nimrud con retroexcavadoras y explosivos y destruir estatuas y otras piezas arqueológicas en el museo de Mosul, la segunda ciudad del país.
"Nuestro temor ahora es por el museo y por los grandes monumentos que no se pueden mover. Esta es una batalla de todo el mundo", sentenció el director de Antigüedades y Museos de Siria.
Esta última semana no fue la primera vez que las ruinas históricas y la población de Palmira quedaron en el centro de los combates de la sangrienta guerra civil siria.
Otros grupos insurgentes controlaron el lugar, especialmente entre febrero y septiembre de 2013, sin embargo, siempre se trató de grupos armados opositores laicos o islamistas moderados, que nunca mostraron ningún interés en destruir sitios arqueológicos.
La directora del organismo de la ONU para la cultura (UNESCO), Irina Bokova, pidió hoy "un alto el fuego inmediato" en Palmira para proteger "uno de los lugares más significativos de Medio Oriente y a la población civil que se encuentra allí".
En un comunicado, citado por EFE, Bokova explicó que "el arte y la arquitectura de Palmira mezclaron en los siglos I y II las técnicas grecorromanas con las tradiciones locales y las influencias de Persia" y que la antigua ciudad "es testigo de la realización estética única de un oasis de caravanas próspero" que sobrevivió a varios imperios y distintas culturas.
Las ruinas de Palmira son uno de los seis sitios de Siria declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. También se distinguen los cascos viejos de Alepo, Damasco y Busra, el Crac de los Caballeros y las aldeas antiguas del norte.
De manera más o menos inmediata, todos estos lugares se encuentran actualmente amenazados por la cada vez más compleja y profunda guerra civil en Siria, que tras cuatro años de combates ya provocó más de 220.000 muertos y forzó a cerca de la mitad de la población a abandonar sus casas, según la ONU.